lunes, 14 de julio de 2008

Viaje a China (Hong Kong)

Llega la última parte del viaje a China: nuestra estancia en Hong Kong. Unos amigos nos habían invitado a su boda, y la verdad es que ésta fue más grande y mejor que las que se ven en las películas americanas. Más que una boda era como una gala de televisión.
En cuanto a la estancia... En Beijing había gente, pero como todo era tan grande no parecía tanta. En Shanghai se veía más, pero seguía siendo algo bastante normal con lo que se ve en Madrid. En Hong Kong, en la isla principal (hay varias otras islas) parecía la plaza de Callao el día antes de navidad, con todo el mundo haciendo sus compras y sus paseos navideños, la calle llena de gente (más de lo que he visto nunca), pero, por algún motivo, nadie tropezaba con nadie. En Madrid, con tanta gente, acaban rebotando unos con otros, en Hong Kong, todo lo contrario.
Allí en Hong Kong estuvimos viviendo en Cheung Chau, la isla donde creció Alicia y donde viven Kenneth y Erica, los amigos que se casaron, y junto con los demás amigos de la infancia de Alicia hicimos varias cosas, entre ellas una excursión a Lantau (otra isla cercana) bastante bonita.
Allí hicimos un paseo en barca, con este barquero. Un hombre muy simpático, que posó un poco cuando le dijimos de hacerle una foto

La verdad es que era como estar de vacaciones en un pueblo. La temperatura (recordemos que era diciembre) no bajó de 20º mientras estuvimos allí, y la vegetación de la isla, muy tropical, me daba una sensación de naturaleza tan intensa que eclipsaba a las casitas y el asfalto de las calles. En comparación, los árboles de Madrid parecen animales castrados y criados en cautividad: apáticos y cansados, dominados hasta tal punto que su mente no concibe la idea de vivir en libertad. Las plantas de Cheung Chau daban la impresión de que, si les dejaban, en unos pocos años devorarían el pueblo, casas, calles y todo, y sólo unas ruinas aquí y allá, entre la vegetación, podrían recordar que allí hubo un pueblo. Precioso.
Pero claro, la isla principal es otro asunto, todo acero y cristal, y luces brillando en la noche


Fijaos en la segunda foto, en el edificio central con las lineas de neón blanco en zig zag. En esta foto aparece más claro:

Ahora volved a la foto anterior, y mirad el edificio de la derecha del todo, el que es casi el doble de alto, oscuro y con blanco arriba del todo. Aquí hay dos fotos para mostrar su aspecto cuando lo fotografías desde abajo. La farola está cogida para que haya un punto de referencia:



Y por último, y es que, aunque sea un caso leve como el mío, la naturaleza del freak acaba saliendo por algún lado. El año que fui a Hong Kong inaguraron una estatua de Bruce Lee en el paseo de las estrellas (de las estrellas del cine de acción de Hong Kong, mayormente)
Era un poco como el del teatro chino de Broadway, sólo que en las estrellas aparecían nombres como Jackie Chan, Sammo Hung, Yuen Piao, y otros actores famosos en las películas de acción de Hong Kong. Y al final del paseo, esta estatua:


La mayoría de la gente cree que fuiste un genio de las artes marciales por razones equivocadas, fruto de su propia ignorancia inocente, pero estoy de acuerdo en que fuiste un genio. Cualquier otro en tu lugar se hubiera conformado con lo que había aprendido y no habría buscado más allá, pero tú le devolviste la vida a un arte que se hundía en el tradicionalismo por el tradicionalismo, como tantos otros lo han hecho en la historia.
Muchas gracias, señor Lee.
Muchas gracias por llevarme a verlo, Alicia.

Esta es la última entrada de aquel viaje a China, que duró todo el diciembre de 2006, y donde tantas cosas buenas ocurrieron.
En el futuro quedan más viajes, más conocimiento por adquirir, más personas por conocer...

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