jueves, 28 de agosto de 2008

Otros acentos

Hoy he estado con Sara viendo cómo hacen el programa de radio en el que ella participa. Se llama "Otros acentos" y ha venido poniéndose de 12 a 1 de la noche, en Radio Exterior (de Radio Nacional)

En el programa se habla de noticias nacionales e internacionales con relación a las distintas culturas que conviven en España, y lo cierto es que me parece más interesante que los telediarios de la noche (que suelen decir lo mismo que dijo el del mediodía)

De todos modos, supongo que este tipo de curiosidad es algo que no tiene todo el mundo. Para la mayoría (por lo general, incluido yo), supongo que ya tiene suficientes cosas de las que ocuparse en su vida como para pasar una hora (a esas horas) escuchando otros puntos de vista, separados por las diferencias culturales.

Ya sé que aviso tarde porque mañana es el último programa de la temporada, pero en fin, al menos podemos hablar del ampliar puntos de vista, ¿no?

Cuanto más viajas, sobre todo cuanto más te relacionas con personas de otros países, otras culturas, etc, más ideas distintas van entrando en tu cabeza, que te ayudan a ver el día a día (tu propio país incluido) con otra perspectiva. Por decir sólo un detalle, aún no he oído hablar de otro país donde se coma y cene tan tarde como en España. Ni donde, cuando un extranjero no entiende lo que se le dice en español, en lugar de repetirlo más despacio, se le repite más alto (y esto es algo que todos los extranjeros que he conocido que han estado en España han sufrido, y a los que ha sorprendido)

Otra cosa de la que te das cuenta cuando miras a la gente en otros lugares, es que casi todo el mundo, en esencia, es igual y quiere las mismas cosas. Vivir tranquilo y no tener problemas. La mayoría también busca desarrollar su vida, su familia, su trabajo... Los detalles son lo que nos diferencia muchas veces, aunque a veces puedan ser detalles muy importantes.

De todos modos, yo sólo puedo hablar de lo que he visto en China, en Japón, y de lo que me han contado amigos americanos, o gente con la que he coincidido, a veces de casualidad, como un par de joyeros árabes o un músico israelí. En el futuro os contaré lo que veo en comparación en Corea, pero ¿qué me contáis vosotros?

miércoles, 27 de agosto de 2008

Regreso a la rutina

Parece mentira, después de estar sin currar más de dos meses, lo fácil que se hace volver al día a día de levantáte, metro, curro, come, curro, metro, casa. Salvo que en lugar de trabajo es asistir a un curso de formación de la beca ICEX.

Quedan cuatro semanas y media, y después tocará un viaje a Seúl, dónde estaré hasta diciembre del año que viene. ¡Toda una aventura!

Los tres primeros meses estaré viviendo con una familia coreana, recibiendo cuatro horas diarias de coreano, y el resto del año, además de continuar las clases de coreano, haré lo que pueda para seguir aprendiendo japonés. Mis intenciones, en breve, son:

- Hacer amigos y amigas en Corea
- Aprender coreano y japonés
- Visitar Japón de nuevo, esta vez con más vocabulario
- Sacarme un par de certificados de idioma (coreano y japonés, claro)
- ... a saber qué más

Creo que es una buena oportunidad para cualquiera que quiera conseguir experiencia trabajando en otros países. La utilidad que tiene finalmente de cara a currículum, futuros trabajos, etc tendrá que verse en los siguientes años, pero de momento pinta bien, ¿no os parece?

No sólo hay becas de informática, así que sugiero que los que estéis interesados, visitéis estas dos páginas, donde podréis encontrar información más completa y precisa:
http://www.icex.es/becas Página oficial de becas de ICEX. Información oficial y precisa.
http://www.becariosicex.com Página, principalmente foro, de becarios y aspirantes a becarios de ICEX. Información subjetiva, pero que puede ser más informativa a la hora de las decisiones.

lunes, 18 de agosto de 2008

Kyoto

El post de hoy es un post con retraso, pero más vale tarde que nunca supongo.
Cuando estuve en Kansai ya os conté que mi amiga Yuki me presentó a Maya, una amiga suya que conoce bastante Kyoto, y que los tres fuimos a verlo. Como olvidé mi cámara, estuve usando la de Yuki, y aunque ella me envió las fotos hace bastante, aún no me había puesto a colgarlas.
La primera foto es de la estación de Kyoto, que me pareció bonita y futurista, sobre todo cuando la imagen que los turistas tenemos de Kyoto normalmente es de la parte de los templos clásicos y demás

Luego fuimos al pabellón dorado. En origen era la casa de descanso de un shogun, Ashikaga Yoshimitsu, pero su hijo lo acabó convirtiendo en un templo.
De izquierda a derecha, Maya-san, Yuki-san, y yo

Luego fuimos a Ryoan ji, donde me llamó especialmente la atención el jardín de arena. Realmente da la sensación de ser el mar, a pesar de que esté hecho con grava, pero es algo que cuando estás ahí... bueno, es la sensación que da.

Hay un detalle curioso, y es que hay un truco en el muro para hacer que parezca un espacio más amplio. La altura del muro disminuye hacia la esquina que se ve en la foto, y de ese modo la perspectiva hace que parezca estar más lejos, dando la sensación de mayor amplitud.

El agua de este pozo se usaba para la ceremonia del té. Los caracteres que hay en el borde, combinados con el agujero cuadrado, significan algo así como "saber cuánto es suficiente". Un consejo budista, "es importante saber cuándo es suficiente", para saber conformarse, etc.

Y por último, una foto de Kiyomizu dera, un templo que he visto en guías de viaje, fotos en internet y películas cada vez que alguien se acerca a Kyoto. El templo es bastante bonito, pero lo cierto es que los alrededores, una montaña llena de árboles, realmente le da un marco magnífico.


Bueno, ahora que ya he puesto las cosas un poco al día, comentar que ya estoy en Madrid, que ya he empezado la formación para la beca del ICEX que me llevará, si todo va según lo previsto, a Seúl.
Por el momento no habrá más post con el viaje a Japón (hasta que vuelva para allá, al menos), pero intentaré seguir escribiendo, aunque no lo haga con tanta frecuencia.

domingo, 17 de agosto de 2008

De vuelta en Madrid - ただいま

Ya he regresado a Madrid. Durante los próximos días me prepararé para mi nuevo trabajo en Corea, pero no quería terminar este viaje a Japón sin agradecer a los amigos que tengo allí su tiempo.
もうマドリッド帰りました。次の日々で韓国の新しい仕事には訓練するが、この日本へ旅行の終わりで日本の友達に感謝したいです。
陽子さん
さやかさん
由紀さん
麻耶さん
David
Sara
めぐみさん
紀子さん
順子さん
里香さん
Nana
本当に、どうもありがとうございました。

jueves, 14 de agosto de 2008

Cenando en Kaminarimon

Ayer Nana me llevó a cenar a un sitio en Kaminarimon, y ya que estábamos, pues ¿por qué no verlo?
La entrada Kaminarimon es esta puerta con la linterna gigante.
La puerta, Kaminarimon
Más adelante hay otra puerta con una linterna similar, marcando la entrada a Sensô ji, un templo.
Pagoda
Sensô ji
Sensô ji
Este templo es también de estilo chino, como otros de los que ya he puesto fotos por aquí.
Sensô ji está dedicado a Kannon, la diosa budista de la misericordia. Según la leyenda, hay una imagen dorada de la diosa aquí, que fue recogida del río Sumida por dos pescadores a principios del siglo VII. La imagen sólo la pueden ver sacerdotes de cierto nivel, así que para la gente común (como yo) es un misterio si realmente está allí.

Después del turismo, fuimos a cenar. Me gustaría poder poneros una foto, pero olvide hacerla, así que de momento voy a linkar un post de Nana en la torre de Tokyo donde sale ella.

Después de cenar me llevó por la zona a ver otros rinconcitos en un paseo muy agradable, y me ayudó a elegir un libro sencillo para ir practicando japonés. Menos mal, porque si tuviera que elegir yo, sería al azar.

Y debería acabar el post, pero es que como he sido un vago, aún no lo había puesto cuando me he ido hoy a pasear por el este de Shinjuku, así que hoy, post de dos días.

En Japón de vez en cuando ves edificios raros o sorprendentes, como supongo que en cualquier ciudad del mundo, pero como es aquí donde estoy, pues os pongo este

Entre todo Shinjuku, siempre lleno de gente, siempre moviéndose, también puede uno encontrarse un pequeño santuario como Hanazono jinja, para cambiar un poco el ritmo.



Ahora sí que acaba el post. Mañana salgo del apartamento, y ya poco quedará para volar de vuelta a Madrid. El próximo post será desde allí.

martes, 12 de agosto de 2008

Ueno

Hoy he ido a visitar la zona de Ueno, cerca del centro. El parque Ueno es famoso principalmente porque hay varios museos al lado y en el propio parque, pero tiene su importancia histórica también, porque es donde se llevó a cabo la última resistencia de los fieles Tokugawa y los defensores de la restauración Meiji.

En el parque hay un par de monumentos funerarios en honor de los caídos en aquella batalla (partidarios Tokugawa incluidos)

Uno de los partidarios de Meiji se llamaba Saigô Takamori. Era un samurai como tantos otros de los que le apoyaban, pero cuando se aprobaron las leyes que borraban la clase samurai, se hizo seppuku. En su honor se hizo esta estatua, paseando a su perro, que quedó en el parque.

Como ya he dicho, hay varios museos cerca, pero sólo fui a ver el de Shitamachi, un museo dedicado a la época del antiguo Tokyo (la época de la restauración) donde hay reproducciones de una casa, una tienda de dulces y una herrería de la época. También hay juguetes de aquellos años y otros elementos más de museo (es decir, no reproducciones sino realmente de hace un siglo) como cajas de tabaco, tocadiscos, magnetófonos, etc.

Después de ver el museo, me dirigí hacia Tôshô gu, otro santuario consagrado a Tokugawa, al norte del parque Ueno.
En el camino
Lo cierto es que no es muy llamativo después de haber visto los que hay en Nikkô, pero después de todo, supongo que es un poco como si Franco hubiera dedicado una iglesia en Madrid a los soldados republicanos que se le resistieron, o como si después de la guerra de independencia de España contra los franceses, se hubiera construido una iglesia en honor a Napoleón.

Después volví hacia la estación del tren paseando por el parque, y allí estuve viendo la actuación de esta chica, Mai Kurihara, que realmente hacía cosas sorprendentes con el monociclo.


Y eso ha sido todo por hoy. Un saludo a todos.

domingo, 10 de agosto de 2008

Santuarios y cosplay

Hoy, siendo domingo, es cuando se reúnen los chicos de cosplay en el puente jingu, al lado de la estación de Harajuku, a la entrada del parque Yoyogi. Este parque alberga el santuario Meiji, dedicado precisamente a su primer emperador y emperatriz, quienes acabaron con el aislamiento japonés respecto al resto del mundo.

Cuando salí de la estación me dirigí directamente al puente, que es la entrada a los terrenos del santuario. Este santuario se terminó en 1920, consagrándose al emperador y emperatriz Meiji, que habían muerto él en 1912 y ella en 1914. Como muchos otros lugares, fue arrasado por los bombardeos de la 2ª Guerra Mundial, y reconstruido en 1958. Lo que diferencia esta reconstrucción de la mayoría es que se usaron los mismos materiales (cedro japonés, cedro taiwanés, etc) que en el original.
Su marco, el parque Yoyogi, es practicamente un bosque de 70 hectáreas de árboles de distintas especies. Estos árboles vienen de distintas partes de Japón, como una especie de tributo - honra a los espíritus consagrados aquí.

Entrada principal

La plaza del santuario

Un árbol sagrado rodeado de emas (tablillas con deseos)

Muchos santuarios tienen un montón de barriles de sake dedicados al templo, y este no es distinto en eso

En lo que sí se diferencia es en que además de los barriles de sake, tiene barriles con vinos occidentales (en particular, son franceses)

Probablemente sea como recuerdo de la filosofía que guió al emperador, recordar las tradiciones de Japón, pero aprender de las cosas buenas de occidente. La verdad es que es una filosofía que no puedo evitar desear que estuviera presente en más países. La voluntad de recordar lo propio, y al mismo tiempo aprender lo externo, sin que lo nuevo lleve a lo viejo al olvido, y sin que lo viejo quede lastrando el aprendizaje y el desarrollo del país.

Y aunque muchos no lo calificarán de "desarrollo", después del santuario tocaba echar un vistazo a los grupos de cosplay.




Como se puede apreciar, no son más que jóvenes normales a los que les gusta disfrazarse los domingos, en lugar de sólo en carnaval. Es decir, chicos y (sobretodo) chicas completamente normales

Casi todos


Bueno, un abrazo

viernes, 8 de agosto de 2008

Paseo por Shibuya

Hoy he estado paseando por Shibuya. Shibuya parece un barrio para jóvenes y adolescentes. Hay muchas tiendas, centros comerciales, cafeterías, McDonalds, etc, con muchos colores y mucha información sensorial. Ginza también era un barrio comercial, pero si tuviera que explicar la diferencia, sería que Ginza parece más "de clase alta", de más pasta y más edad.
El famoso cruce de Shibuya
El cruce de Shibuya: pues no hay gente...
La verdad es que en plan cultural o turístico no ha habido nada. He visitado algunas tiendas, pero cuando miras discos, libros y mangas en un idioma que apenas dominas, acabas guiándote por las imágenes para echar un vistazo más detenido a algo. Por eso esta entrada es bastante corta, porque tampoco hay mucha diferencia con salir por un barrio comercial de la ciudad en que cada uno esté, y mirar las cosas de pasada.

Lo que sí voy a hacer, es contaros la historia de Hachikô: En los años veinte había un profesor que vivía cerca de la estación de Shibuya. Este profesor tenía un perro de raza Akita que se llamaba Hachikô. Cada tarde, Hachikô iba a la estación a esperar a su dueño. Después de que éste muriera en 1925, el perro siguió yendo cada tarde a esperarle hasta que murió, once años más tarde.
Los vecinos construyeron una estatua en su memoria, en honor a su fidelidad.

Es una historia un poco conmovedora ¿no? Bueno, a mí me lo parece.

Bueno, para quitar esa lagrimilla, voy a poneros un anuncio que me ha resultado gracioso. Estaba en unas vallas de construcción, en la calle

La chica es guapa, pero la cara de los críos es todo un poema XD

Nada más por hoy. Me doy cuenta de que ya me van quedando pocos días de estar por aquí, pero al menos he visto la mayoría de las cosas que pretendía ver en este viaje. Aún queda mucho que hacer en Japón, claro, pero paciencia, un puente cada vez, que habrá más viajes.
Cualquiera que me escuchara pensaría que me voy mañana ¡no! ¡aún no! Me queda cosa de una semana aún, pero ya con el día de la partida acercándose, preparado para llevarme de vuelta a la vida habitual de trabajo, y pensando en "tengo que limpiar el apartamento, tengo que ver si compro alguna cosa, tengo que enviar equipaje por correo para que me quepa todo en la maleta..." ¡que estrés! :P

Bueno, ahora sí que sí. Un abrazo.

jueves, 7 de agosto de 2008

Paseando por Odaiba, Ginza y Akasaka

El primer sitio al que he ido es a Odaiba, en la zona de la bahía. Allí está el Museo de las Ciencias Emergentes, que me ha parecido bastante interesante, especialmente la zona de nanotecnología y la de robótica. En la primera explicaban algunas bases de las máquinas de tamaño microscópico, cómo fabricarlas, cómo hacer que funcionen, etc. En la de robótica, lo más interesante me ha parecido la explicación sobre la levitación magnética. No me voy a poner a explicarla ni aquí ni ahora, pero he visto pequeños vehículos de demostración en el museo, y realmente flotan sobre la base (una lámina de un material conductor)

Después del museo he ido a pasear un rato por Odaiba, que según la guía es terreno que se ha ganado al mar. Es decir, que donde antes había mar, ahora hay centros comerciales, museos, suelo, árboles...
Estas fotos son de Odaiba




Después de pasear un rato por ahí, me he vuelto hacia el centro, en particular a la zona de Ginza. Ginza es como un barrio comercial. Parece que no viviera nadie allí, sólo alguna oficina, y muchas tiendas y centros comerciales por todos sitios. Tiene algunos puntos interesantes, como el edificio Sony, en donde se pueden ver (e incluso probar) algunas de las novedades. Tenían puestas unas imágenes submarinas en unos televisores del famoso HP ready... Como si fuera una ventana. Una ventana especialmente limpia y clara.


Pero al fin y al cabo, son principalmente comercios, así que he ido paseando hacia la zona de Hibiya, al oeste, y luego hacia Asakusa. Allí, como ya he visto otras veces en Tokyo, a un lado de la calle hay edificios de oficinas y tiendas, y al otro, un parque como este

Paseando, paseando, he llegado hasta la torre de Tokyo. Su diseño está basado en el de la Torre Eiffel, pero la de Tokyo es algo más alta. Sin embargo, también es más ligera, debido a las mejoras tecnológicas que ha habido en la industria del acero entre 1889, cuando se construyó la torre Eiffel y 1958, que se hizo la de Tokyo.

Tras hacer algo de tiempo (ya había leído que las mejores vistas son las nocturnas), subí a la plataforma de observación, 150 metros sobre el suelo. Hay otra plataforma más alta, pero lo cierto es que se veía bien.



Lo pillé atardeciendo, así que pude comparar las vistas diurnas (que son impresionantes, es un mar de edificios por todos lados hasta donde llega la vista) y las primeras nocturnas. Creo que este es un buen sitio para ir con una chica y disfrutar esas vistas. Hay mucha gente, porque todo el mundo lo sabe y es un punto turístico, pero a pesar de eso, tiene su encanto.

Así acaba otro día más en Japón.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Subiendo al Fuji

Ayer fui a subir al Fuji por el camino tradicional, desde Fuji Yoshida. Se empieza en el monasterio Sengen jinja

y, tras purificarse y rezar, se empieza el camino. Rodeado de un bosque frondoso y verde como muestran estas fotos



En origen se usaban caballos para llevar a la gente (al menos a la gente importante, que podía permitirse un caballo) y sus cosas hasta un lugar llamado Umagaeshi, que viene a significar "regreso de los caballos", porque regresaban mientras los peregrinos seguían subiendo.
Umagaeshi
Torii con monos a la salida de Umagaeshi

Después de Umagaeshi la subida se divide en diez estaciones. Al principio, hasta la 5ª estación, más o menos, el escenario es bosque verde y cerrado. A partir de ahí va haciéndose cada vez menos cerrado hasta que no mucho después de la 6ª estación el paisaje es más parecido a lo que se espera de las laderas de un volcán como el Fuji: rocas volcánicas y poca vegetación, disminuyendo más según se sube.

Desde que llegué a la primera estación oí truenos lejanos un par de veces. Pensé que no dejaría de tener su gracia que fuera a llover precisamente ese día, pero para cuando llegué a la 5ª estación, sí estaba lloviendo. Como estaba cerrado y no había nadie, me puse como mejor pude en el borde del edificio, tratando de aprovechar la parte sobresaliente del techo, para no mojarme demasiado. Y menos mal, porque de lluvia pasó a ser una tormenta. Seguí allí, esperando a que escampara, porque con ese tiempo ni se puede subir ni se puede bajar.
Segunda estación
Así estaba el camino tras la segunda estación

Al final los truenos y los rayos se alejaron y la lluvia pasó a ser más suave, así que me levanté y seguí caminando. Por supuesto, como seguía lloviendo, tanto mi ropa como la mochila (y su contenido) acabó mojado, algo que cobró importancia más adelante, debido a que con la caída del sol, el viento y la altura, la temperatura ya no era ni calor como cuando empecé en Sengen jinja, ni agradable para un paseo, como en la 5ª estación, sino que empezaba a ser fría.

Como quiera que aún quedaba luz, seguí subiendo hasta que paré en una de las posadas de la 7ª estación. Para entonces estaba anocheciendo (eran las siete de la tarde y habían pasado seis horas desde que salí de Sengen jinja) y preferí descansar y cenar algo antes de conseguir una linterna y seguir subiendo.

Después de un plato de arroz con curry precocinado y picante (los japoneses que cenaban a mi lado opinaban lo mismo) me acosté a descansar un rato.

Cuando me desperté, ya eran las 11 de la noche. Tenía que decidir si seguía durmiendo hasta que amaneciera, o si compraba una linterna y seguía subiendo. Como lo tradicional es ver el amanecer desde el Fuji, volví a ponerme mi camiseta y mi jersey, aún mojados, y me puse en marcha, usando el calor del movimiento para aguantar el frío.

La primera parte de la subida había sido principalmente caminar cuesta arriba, pero a partir de aquí había zonas que se parecían más a escalar. Se podía hacer cómodamente, aún con la linterna ocupando una mano, porque ya no llovía. Subiendo y subiendo, pasando una posada tras otra, llegué a la vista de un torii (estos arcos que hay también a la entrada de los santuarios) que supongo que marcaba la última parte de la subida. Ya había pasado un rato desde la anterior estación, sin refugios donde pudiera uno cobijarse del viento, así que no había más que seguir moviéndose si no querías helarte.

La estela y yo
Finalmente, llegué a algo parecido a una estela, como he visto otras en algunos santuarios japoneses. Esta estela marcaba el final de la subida, y no muy lejos nos fuimos acumulando los que llegábamos, esperando para ver amanecer.
Lo cierto es que no sé qué hora era, y con la humedad acumulada (que se había helado en el exterior del jersey pero no en el interior) y estando quieto, esperando, el frío era como para pensárselo.
Más de una vez se me pasó por la cabeza el pasar del amanecer e ir iniciando la bajada, al menos para entrar en calor, pero cada vez, pensaba "ya que he llegado hasta aquí..." Y me alegro, porque ver el sol alzarse, con nubes por debajo y por encima de ti, es una imagen preciosa.



Tras el amanecer había que bajar. Como ya estaba cansado, decidí bajar por Kawaguchiko. Esa ruta es la que se hace más hoy en día, iniciándose en la 5ª estación, a donde llega un autobús. Ese autobús es el que yo iba a usar (y usé) para llegar a una estación de tren (la de Kawaguchiko) y de ahí a Tokyo y el apartamento.

La bajada, con luz, ofrecía mejores paisajes que la subida (al fin y al cabo era de noche) Por la noche, allí arriba donde las únicas luces son las de las posadas o las de las linternas de los peregrinos, es donde he visto más estrellas que en toda mi vida. El cielo es como si se hubiera llenado de puntos brillantes. No pude sacar una buena foto, así que no os la puedo ofrecer, pero podéis confiar en mí, un cielo precioso. Como además las nubes estaban por debajo de nosotros, no podían tapar nada.

Sí os pongo un ejemplo de lo que se veía al bajar de la montaña
Aún sobre las nubes
A la vista del bosque

Cuando llegué a la 5ª estación de la ruta de Kawaguchiko, me alegré sinceramente de haber escogido la ruta larga de Yoshidaguchi. Mucho más bonita, en mi opinión.
Quinta estación de Kawaguchiko

Y aquí acabo por hoy. Un consejo, si decidís subir: Llevad ropa para aguantar frío, humedad y viento, porque vais a tener las tres mientras subís. Al principio os pesará en la mochila, pero confiad en mí y llevadla.

Bueno, un abrazo