Nada es gratis, todo cuesta,
todo tiene un precio
y siempre es mayor del que imaginabas
y lo que compras nunca es lo que querías.
Buscas y buscas,
y crees que encuentras,
y miras por fueras,
y quizá pruebas
y quizá piensas "esto no es lo que busco, no es lo que quiero, sólo lo parece"
y lo dejas de lado,
o lo compras sin probar,
o lo pruebas y quedas convencido,
pero al final nada es lo que parece,
nada lo que creías.
Todo intenta parecer mejor de lo que es,
todo intenta ser mejor de lo que es
y es bueno el deseo de mejorar,
pero cuando finalmente sólo es el deseo te sientes decepcionado y engañado,
y aunque dejes, te sientes abandonado
Todas tus ilusiones son cajas vacías que
primero imaginas que están llenas
y luego lo crees
y luego vives como si lo estuvieran, la duda ya desaparecida, completamente seguro de su contenido
y cuando necesitas ese contenido abres una tras otra y buscas, y están vacías
o te saluda la sonrisa de un gato muerto
Y la oscuridad te traga,
y sientes la furia y la tristeza repartiéndose tu futuro, repartiéndose tus pedazos
Y te endureces, y tiras las cajas
Y juras nunca más volver a confiar en cajas bonitas vacías
Y juras nunca más volver a confiar en ilusiones
Y juras nunca más confiar en palabras
Y lo mantienes
Hasta que encuentras otra mentira que deseas tanto creer...
Que quieres creer tanto que pronto has olvidado
y tú mismo fabricas una caja nueva
y la envuelves con tu vieja piel perdida,
la adornas con tu sangre y tus lágrimas pasadas
y la atas con tu pelo blanco
"Esta vez sí", dices, mientras aprietas fuerte los nudos
Esta vez sí..., que no se abra de improviso
Esta vez...
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