Hoy he ido a Kamakura, un lugar cerca de Tokyo famoso por sus templos y su buda, de 11 metros de alto.
Cogí el tren en Shinjuku, y gracias a una mujer muy amable llegué con más seguridad (seguridad de no perderme, claro) a Kita Kamakura (La estación Kamakura Norte)
Cuando bajé de allí, sentí que había encontrado lo que esperaba de ciudades tradicionales de Japón.
Vista de Kamakura norte
Los cruces de vías de anime, como los reales
Después de salir de la estación, el primer lugar que visité fue el templo Engaku ji. Es muy bonito, enclavado entre bosques (como los otros dos templos más adelante), lo cual suaviza bastante la temperatura.
La entrada al templo
La sala del dragón rugiente
La campana del templo
Una serie de budas tallados en piedra
Tres budas de la colección
Este era el aspecto de los árboles de los terrenos del templo
Con esta foto podéis haceros una idea de cómo es el lugar
El templo no es como una catedral, sino más bien una serie de edificios
Después de Engaku ji, fui a Tokei ji, un templo donde las mujeres podían forzar el divorcio, en aquella época no podían hacerlo ellas mismas, así que si pasaban aquí un año, los tribunales obligaban al marido a pedir el divorcio.
Un buda a la entrada
Tenshuni fue una abadesa que se convirtió en monja tras el sepukku de su padre, Toyotomi Hideyori, tras la caída de su castillo. Más adelante, Tokugawa Ieyasu, uno de los shogun más famosos, y que fue quien derrotó a Toyotomi, preguntó a Tenshuni cuál era su deseo. Ella dijo que deseaba que la ley del templo (como refugio de mujeres y su lugar para conseguir el divorcio) fuera respetada. Un día Kato Akinari, un noble, violó esa ley. Tenshuni denunció el hecho, y Tokugawa le quitó a Kato sus posesiones.
Una lápida (supongo, porque parecía un cementerio) con un bonsai. No había otras parecidas a esta
Tras Tokei ji, le tocó el turno a otro templo cercano, Jochi ji. Este templo se construyó en el siglo XIII, aunque los edificios actuales son de los años 20, debido al terremoto de Kantô
Tres budas representando pasado, presente y futuro
Una imagen desde lo alto del cementerio de este templo
El dios de la fortuna saludando con buen rollito
Una sala con ikebana (arreglo floral) en uno de los edificios del templo
Después de Jochi ji empezaba un camino por el monte que llevaba hacia el Gran Buda. Recorre unos tres kilómetros y es de este estilo:
Así era al lado de Jochi ji
Así empieza el camino
Así era el resto
Trozos como éste había cada poco
Yo había llevado unas zapatillas fáciles de quitar por si acaso entraba en alguno de los edificios (hay que descalzarse para eso), pero podéis estar seguros de que habría estado más cómodo con mis botas de trekking.
Durante el camino se llega a Kuzuharaoka jinga, un pequeño santuario
Sólo he visto estas cosas en la película Wasabi, si alguien puede decirme qué son...
Poco después está el parque Genjiyama, donde hay una estatua de uno de los héroes de la antigüedad, Yoritomo Minatomo, que puso la capital en Kamakura
Estatua de Yoritomo
Tras el camino de montaña llegué de nuevo a zona de ciudad (ciudad pequeña, de todos modos) y traté de seguir las calles para encontrar el buda. Me perdí, claro, así que acabe andando dos o tres kilómetros más de los que necesitaba. Cuando llegué al Daibutsu estaba bastante cansado, pero la verdad es que es bonito. Antes estaba en un edificio, pero un tsunami lo arrasó y ahora está al sol. Teniendo en cuenta la distancia a la que está del mar, o bien lo trasladaron, o bien el tsunami fue de corre corre que me meo.
El gran buda
Sus sandalias
Supongo que el cuerpo aún no se me ha adaptado al cambio horario, porque después de todo esto estaba hecho polvo. Fui a comer a un restaurante donde me pusieron una bandeja con varias zonas, con sushi, con una especie de fideos, una sopa, algo de lechuga... Bastante completo, y bastante bueno. Sin embargo, tuve que disculparme porque no pude acabarlo. Luego caí en que para mi estómago probablemente fuera la hora del desayuno, pero también es cierto que el cansancio y el calor pudieron tener algo que ver.
Como estaba cansado, a pesar de que no eran ni las tres, decidí que me salía más a cuenta volver al apartamento y descansar, así que pedí las indicaciones para llegar a la estación de Kamakura y salí hacia allí. Kamakura - Shinjuku, y cambiando de línea al apartamento. Llegué sobre las cinco, encendí el ordenador para ver el correo y demás, pero lo cierto es que estaba cansado y decidí dormir una siestecita. Una hora, me dije. Más o menos desde las cinco y cuarto hasta las ocho y media. Una hora.
Para terminar por hoy, os voy a presentar las máquinas de bebidas en medio de la calle.
Esta tiene publicidad de cocacola, pero es la primera que he visto suya
Por 150 yenes (menos de un euro) medio litro de Aquarius (por ejemplo), han sido una ayuda constante durante el viaje, y seguro que lo seguirán siendo. Si, contando sólo hoy, no me he tomado litro y medio de Aquarius gracias a ellas, me he tomado más.
Un gran invento.
En fin, cuídaos.
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