Los detalles más escabrosos serían que se hizo el seppuku, cortándose el vientre, y que agonizó más de dieciséis horas al no cortarse la garganta. Durante ese tiempo rehusó que le ayudaran a morir y también que le asistiera un médico. Sin embargo, esos detalles no son lo importante. Ni es el primer suicida ni será el último. Lo que me parece más destacable es la nota que escribió antes de abrirse el vientre. En la traducción que aparece en la wikipedia es esta (los resaltes los he puesto yo):
Deseo expresar mi profundo aprecio a las almas de los valientes atacantes especiales. Ellos lucharon y murieron valerosamente, con fe en nuestra victoria final. En la muerte, quiero purgar la parte que me toca en el fracaso de no lograr esa victoria y pido disculpas a las almas de esos aviadores muertos y sus acongojadas familias.
Deseo que la gente joven de Japón encuentre en mi muerte una moraleja. Ser temerarios solamente favorecerá al enemigo. Deben inclinarse con la mayor perseverancia ante el espíritu de la decisión del Emperador[...] Ustedes son el tesoro de la nación. Con todo el fervor de espíritu de los atacantes especiales, luchen por el bienestar de Japón y por la paz en todo el mundo.
También escribió un haiku, a un amigo suyo:
Renovadora
Después de la violenta tormenta
Sube la luna radiante
1 comentario:
No puedo evitar leer entre líneas en esa carta, y entender algo así como... "proteged a vuestro país y a la paz en el mundo, pero no hagáis lo mismo que ho he hecho". No me parece que esté orgulloso de sus actos, no leo gloria alguna, sólo culpa.
Me recuerda a esa frase que una vez oí, ves a saber dónde, quizás, incluso la soñé yo misma en algun momento...
"No confundas ser valiente con se temerario; los valientes son los que luchan pese a tener miedo, pese a que sus instintos les digan que no deben hacerlo. Un temerario es el que, pese a saber que no tiene ninguna posibilidad de victoria, se lanza al vacío, hundiendo las vidas de sus seres queridos, acabando con todo, con sus posibilidades de vencer en otra ocasión y, quién sabe, si con su honor".
Siempre he pensado que una familia prefiere a un hijo de vuelta y con lo puesto, antes que a un ataúd con una medalla de oro.
Y bueno, hablando del haiku... allí está su encanto, en su libre interpretación. Esa forma de poesía levanta pasiones, o todo lo contrario. No soy poeta ni me gusta especialmente leerla, pero los haiku son magia.
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