Últimamente pienso en la lealtad como algo que sobre todo debes tener contigo mismo. Creo que cuando te enfrentas a ti mismo y a tus ganas de esconderte, de escurrir el bulto, cuando ganas, te sientes más cómodo. Es como si hubieras estado escondiéndote por los rincones, doblado bajo el peso del miedo a aceptar tus errores.
Conozco personas que dicen que aceptan sus fallos, pero más que aceptarlos, presumen de hacerlo. Nunca nombran los fallos que cometen, si nombran alguno no es uno de los que han cometido sino una excusa para presentarse como víctimas de las circunstancias o de otras personas y sus exigencias. Este tipo de persona es el tipo que no se atreve a hablar honestamente consigo misma, pero es peor todavía, porque quizá ha llegado a engañarse lo suficiente como para no hablarse seriamente y creer que sí lo hace. Creer que sí es valiente. Las personas que no se autoexaminan por temor a lo que puedan encontrar, las que saben que no lo hacen pero lo evitan y tratan de no pensar en ello, al menos tienen más fácil el poder llegar algún día a hacerlo. Cada persona debe tomar sus propias decisiones, pero si no eres lo bastante leal a tus opiniones y tus sentimientos eso puede llevar a problemas. En primer lugar, tomarás decisiones que en realidad no quieres tomar sólo porque no sabes lo que quieres. En segundo lugar, puede que algún día sí seas fiel a ti mismo y trates de echar la culpa de tu anterior infidelidad sobre los demás, lo cual no sólo es injusto sino que es volver al camino de autoengaño y automartirio que en otras personas he visto. En tercer lugar, y ya menos grave, está el problema de retomar decisiones. De corregir decisiones que no debiste hacer. No digo que no hayan merecido la pena, en particular he cometido algún error en cuanto a conocerme a mí mismo que ha costado tiempo y lágrimas tanto para mí como para otra persona especialmente querida, pero aún así no lamento la decisión que tomé, porque han sido los años más felices que he vivido.
Probablemente pienses que cuando digo que hay que tener lealtad hacia uno mismo estoy descuidando a los demás, y promulgando el egoísmo como filosofía y modo de vida, pero lo cierto es que pienso que siendo leal a tus propias decisiones, a ti mismo, siendo honesto contigo mismo, es la única forma en la que puedes ser honesto con los demás. Si te intentas engañar a ti mismo ¿piensas que esos engaños no influirán en los que te rodean? Por otro lado, cuando te eres fiel a ti mismo hablas como piensas, eres sincero con los demás porque te aceptas de un modo tan completo que no te preocupa tanto cómo te vean las personas de tu alrededor. Quienes quieran estar contigo estarán contigo tal como eres porque eres tal como te muestras y tal como te ven, los que no quieran estarlo, bueno. ¿Por qué ibas a obligar a alguien a que te aprecie cuando no lo hace? Ni siquiera digo cosas como "ellos se lo pierden", porque no están perdiendo sino eligiendo. Y eligen lo que quieren hacer. Y si no, bueno, entonces es que hay algo en lo que se engañan a sí mismos, y por mucho que te lo digan, nadie puede cambiarte salvo tú. Tú decides, como siempre.
Lealtad también significa que eres responsable de lo que haces, de lo que dices y de lo que piensas. Pero el primero ante el que eres responsable, eres tú mismo. Si tú te traicionas a ti mismo no sólo perderás tiempo (y el tiempo es vida), sino que otros lo perderán. Tendrás relaciones que no son lo que querrías que fueran y los demás tendrán relaciones basadas en las mentiras que tú mismo te cuentas.
No te tomes esto de forma personal, no digo que tú lo hagas. Además, si lo haces, es cosa tuya. Si estás leyendo esto, y no eres honesto (u honesta) contigo mismo, entonces puede que te sirva como una llamada de atención o puede que no te sirva para nada más que quizá para sentirte incómodo. Supongo que cuando estás preparado para aceptar ciertas cosas es cuando las aceptas, y no antes.
En fin, voy a dejaros ya por ahora. Si tenéis cosas que decirme, ya sabéis cómo hacerlo.
Cuidaos mucho.
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